Como propietario de un negocio, deseas convertir a tus trabajadores en un equipo de ensueño. Idealmente, trabajarán juntos con entusiasmo y darán una actuación de estrellas de rock.
Pero a veces puedes encontrarte con un jugador que no está a la altura del resto o que es un empleado tóxico. Cualquiera alterará el flujo que ha cultivado. Los reconocerás de inmediato: chismeando, quejándose, tratando de enfrentar a los empleados entre sí y hablando descaradamente sobre su búsqueda de un nuevo trabajo.
A veces, un empleado puede estar pasando por un momento difícil en su vida personal. Actuar en el trabajo es de aficionado, pero si este trabajador ha sido un activo en el pasado, podría ser una buena idea discutir su desempeño antes de tomar una decisión impulsiva. Pero si esta persona se queda, podría tener un efecto desfavorable en otros empleados.
Aquí hay algunos escenarios que te ayudarán a decidir si mantener a un empleado a bordo o darle la patada.
1. El florecimiento tardío
¿Tu empleado quiere estar en tu trabajo o simplemente está haciendo las cosas necesarias? No todo el mundo aprende al mismo ritmo. Algunos necesitarán una curva de aprendizaje más larga para comprender su posición. Tal vez otro empleado asesore a esta persona antes de despedirla de inmediato. El entusiasmo en el lugar de trabajo es difícil de conseguir, así que no te rindas con alguien demasiado rápido si llega a tiempo y tiene una personalidad amigable.
2. El observador del reloj
Las empresas se enorgullecen de su liderazgo y sus valores. Si un empleado no se enorgullece de su trabajo, puede ser evidente porque está mirando el reloj o marcando la salida en el punto. Es posible que no hagan un esfuerzo adicional al quedarse hasta tarde cuando sea necesario. Puede ser una buena idea hablar con el empleado y elaborar un plan para crear un equilibrio entre el trabajo y la vida, formando un medio feliz para el trabajador y la empresa.
3. El amante del drama de oficina
Las personas tóxicas prosperan con el drama. A pesar de que pueden ser muy trabajadores, también son jugadores duros. Pueden ver su lugar de trabajo como una hora más social. El chisme es la norma para ellos. Esta persona hace que los demás se sientan incómodos y su mala ética laboral puede ser perjudicial para sus compañeros de trabajo.
Dado que estos tipos prosperan cuando les agradan, un supervisor podría convertirlo en un mejor empleado. Bríndales la atención necesaria alabando su buen trabajo. Simplemente podrías inspirarlos a convertirse en mejores empleados, y así tener menos tiempo para travesuras.
Antes de tomar una decisión, es una buena idea que un gerente evalúe la situación. En lugar de tomar la decisión precipitada de despedir a un empleado en el acto, primero dale una advertencia. Una reunión individual con su supervisor puede ser de gran ayuda. O no. Una charla podría empeorar las cosas, ya que un empleado tóxico podría ofenderse y posiblemente tomar represalias.
Aquí hay algunas ideas para ayudarte a decidir si despedir al empleado o darle otra oportunidad para demostrar su valía:
- Empieza con un diálogo positivo. Hazle saber al empleado el bien que ha traído a la mesa. Al comenzar con una nota alta, puedes encender una chispa de entusiasmo en una persona indiferente.
- Hazle saber al empleado que su comportamiento es inaceptable. Si alguien está pasando por un momento difícil, es posible que ni siquiera se dé cuenta de lo venenosa que es su conducta. Una discusión seria podría ser la llamada de atención muy necesaria que esta persona necesita para cambiar su actitud. De lo contrario, sabes qué hacer.
- Pregúntale al empleado cómo va todo. Permitirles expresarse es una gran idea. Es posible que no tengan el valor de acudir directamente a ti para discutir un problema, por lo que dejan que se agrave. Una discusión de corazón a corazón podría marcar una gran diferencia. Pruébalo y observa qué pasa.
Una mala ética laboral puede afectar negativamente a la empresa, pero un empleado dedicado merece el derecho a ser escuchado. Los gerentes deben considerar la posibilidad de tener reuniones de personal semanales en las que todos los empleados puedan expresar sus opiniones o preocupaciones.
Al mismo tiempo, le brinda a un jefe la oportunidad de expresar lo que esperan de su personal y lo que pueden hacer para mejorar como equipo. Además, sugeriría dedicar una parte de esta discusión a celebrar los hitos de los empleados y los logros de la empresa.
Ten en cuenta que no importa qué tan buen jefe seas, puede haber un caso en el que debas cortar los lazos con un trabajador de inmediato. Estos casos pueden incluir robar a la empresa, mentir en una tarjeta de tiempo, hacer que otros empleados se vean mal o usar el equipo de la empresa para trabajar en proyectos personales. Este tipo de comportamiento es inaceptable y no debería haber excepciones.
A veces, despedir rápidamente puede ser la mejor solución cuando se trata de lidiar con empleados problemáticos. Pero trabajar directamente con un empleado que tiene potencial para mejorar, y quiere mejorar, puede ser una experiencia gratificante para ti y tu empresa.
Autor. Vincent Tricarico