Fuente. Joaquin Pimentel
Voy a comenzar con algo que me viene a la cabeza y que tiene que ver con la famosa frase de “Guns or Butter”, hasta ahora todos los economistas han sido radicales a la hora de predecir el futuro, ninguno ha acertado, lo que está claro es que a la hora de poner siglas y escribir frases rimbombantes que nadie entiende son #1.
A dónde quiero llegar, si te atacan tienes que armarte, pero tienes que producir alimentos y lo más gracioso y estaréis todos conmigo, es que las guerras no las ganan sólo los soldados sino todo el equipo de apoyo que hay detrás: Team Work! Con un buen liderazgo…
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Toda la vida hemos tenido el estereotipo del puesto directivo que, situado en lo alto de la pirámide, hacía y deshacía, mandaba en el Consejo y actuaba como un verdadero César, tenía el coche más grande y el teléfono más pequeño. Poco a poco, alguien se dio cuenta, los que estaban en primera línea de fuego, no sólo en las fábricas sino atendiendo a los clientes, eran los empleados, miles y miles.
De esta forma, el empleado, podía tomar decisiones a cierto nivel y desatascar situaciones de conflicto.
Al final bajamos al César del caballo e invertimos la pirámide y ahora la base, los empleados, están al frente. La persona que ostenta el puesto directivo y ejerce el liderazgo no debe dictar métodos ni normas, debe conseguir resultados al rodearse de los mejores y por supuesto arriesgar cuando llegue el momento.
El ser líder debe considerarse una profesión, nada fácil por cierto. Se trata de convencer a un equipo de personas para que cumplan unos objetivos y se comprometan a hacerlo en unos plazos marcados.
Una persona que desempeña un buen liderazgo define la estrategia y si es inteligente deja que le asesoren sus mejores empleados e incluso integra al sindicato, no por cuestiones legales sino funcionales.
Para mí, la empresa tendría que ser considerada “familiar” siempre, con las distancias correspondientes. Un buen liderazgo se caracteriza por conseguir que todo el equipo se sienta integrado y tenemos muchos ejemplos en España que están funcionando: Mercadona, E.C.I., Inditex, etc.
¿Qué es lo que les preocupa a los empleados? ¿Llegar a fin de mes? ¿A fin de año? Evidentemente, el corto plazo es importante, pero realmente lo que nos preocupa a todos es hacia dónde va la empresa, ¡cuál es su estrategia! La persona que ocupa la posición de líder debe tener muy claro que elaborar ese plan es una de las funciones clave y debe dedicarle tiempo y reflexión.
Se recomienda que las líneas maestras de la estrategia, sin datos confidenciales, sean comunicadas a los empleados y se establezca una línea fluida de feed-back que suponga que se cuenta con los “implementadores” de dichos planes antes de que estos sean puestos en marcha.
Me podéis decir que esto es muy arriesgado, sí, pero más arriesgado es botar un barco, si no se ha reparado en que los portillos no llevan cristal y nadie se ha fijado, es un ejemplo absurdo, ¿o no?
Al final, la máxima de “quien no arriesga no gana” es más universal que nunca y el problema como siempre es tomar el riesgo adecuado. Se suele decir que el 50% de la publicidad en la que invierte una compañía va a la basura, pero nadie sabe cuál es ese 50%, así que tenemos que seguir invirtiendo para conseguir que la empresa consiga sus objetivos.
Una de las facetas más importantes en una compañía es la de analizar sus resultados, la medición a través de distintos estudios de mercado es clave para saber la situación y la proyección que tiene la compañía.
Yo siempre he apostado por la filosofía de trabajar en este campo como médico de cabecera en vez de médico forense, al final a nadie le interesa el diagnóstico post mortem sino tratar de aplicar la “medicina” a la compañía para que se cure al primer síntoma.
Por último, es fundamental saber cómo incentivar al equipo que resulta imprescindible y crítico para conseguir objetivos y asegurar la viabilidad de la empresa. La figura del líder debe esforzarse en dar razones a sus empleados para que crean en dichos objetivos.
Hay compañías que premian por las ideas que redundan en beneficios reales, otras tienen distintos programas de incentivos: vacaciones pagadas, obsequios personalizados para los mejores resultados a final de año y por supuesto el bono extra por objetivos.
Pero la clave es que el empleado reciba el incentivo con una carta personal detallando el reto para el año siguiente, al final el mensaje tiene que ser: ¡Bien hecho! Ahora tenemos que seguir empujando con fuerza.
Para terminar, voy a ilustrar lo dicho con una historia de dos hombres que picaban bloques de granito en una cantera.
Un hombre que pasaba por ahí les preguntó qué hacían:
El primero, de aspecto desagradable, protestó: “Estoy cortando esta maldita piedra en bloques.”
El segundo, de aspecto más agradable, dijo: ”Estoy en este equipo de trabajo que construye la catedral.”
Al final, los dos picaban piedra, con dos visiones completamente distintas y dos satisfacciones. La persona que de verdad se puede considerar un líder es aquella que diseña la catedral y además comparte la visión con su equipo, les ilusiona con su construcción y les motiva